Si tiene un plan de alimentación para la diabetes, esto no significa que no pueda salir a comer. Su comida en un restaurante puede formar parte de su alimentación habitual, si está al tanto de lo que necesita. Aquí encontrará algunas sugerencias sobre cómo facilitar el proceso de ir a un restaurante y mantenerse firme a su plan de alimentación:
Buscar menús de restaurantes
Cuando sea posible disponer del menú online, puede echar un vistazo al menú del restaurante y comprobar si están disponibles los datos nutricionales, o los ingredientes de los platos.
Mantenga los tamaños de las raciones bajo control
En general, debe comer moderadamente. Intente evitar las raciones grandes: elija el tamaño de plato más pequeño si el restaurante le da la opción. Si el tamaño de la ración le parece excesivo, comparta comidas con sus acompañantes o solicite un recipiente para llevar a casa la comida sobrante.
Considere evitar buffets “todo lo que pueda comer”. Estos hacen que resistirse y moderarse sea difícil. Si no puede evitarlo procure coger un plato normalito y poner en este los alimentos que pretende comer y no vale repetir plato más de una vez.
Hacer sustituciones
No se conforme con lo que viene en la carta, personalícelo de acuerdo a sus necesidades. Por ejemplo, sustituya las patatas fritas por verduras a la parrilla ó alguna ensalada. No tenga miedo de preguntar.
Mirar los extras
Tenga en cuenta que los extras, como pedacitos de bacon, picatostes o patatas fritas, pueden alterar los objetivos nutricionales de la diabetes aumentando rápidamente el total de calorías y carbohidratos de una comida.
Incluso los extras más saludables, como el aliño de ensalada libre de grasas, la salsa barbacoa y la mayonesa sin grasa, tienen calorías. Pero puede disfrutar pequeñas porciones de estos sin ajustar su plan de comidas. Pídales a los que estén a su lado que le controlen lo que come.
Hable con el camarero ó cocinero
La preparación de alimentos también es algo a considerar. Evite la comida empanada y frita. En cambio, solicite que su comida sea preferentemente hervida, a la parrilla o asada.
No se sienta presionado si solicita opciones o sustituciones más saludables. Simplemente haga lo más adecuado para mantener su plan de comidas.
Vigile lo que beba.
Recuerde que las calorías también provienen de las bebidas, así que evite las bebidas altas en calorías. En lugar de refrescos, pida lo siguiente: refrescos sin azúcar o ligth, agua, té helado sin azúcar, agua con gas o agua mineral. Recuerde también, que el alcohol puede ser muy problemático. Si su diabetes está bajo control y su médico está de acuerdo, una bebida alcohólica ocasional con una comida está bien. Pero el alcohol es rico en calorías vacías y puede conducir a complicaciones de la diabetes. Cuando elija alcohol, elija opciones con menos calorías y carbohidratos, como cerveza baja en calorías o vino.
Limite el consumo de alcohol a no más de dos bebidas al día, si es hombre y una bebida al día si es mujer.
Cumplir o mantener el horario de comidas
Su horario de comidas es importante para mantener los niveles estables de azúcar en la sangre, especialmente si está tomando medicamentos o insulina.
Si va a comer fuera con otras personas, siga estos consejos: programe la reunión a la hora de la comida habitual. Para evitar esperar una mesa, haga una reserva o trate de evitar los horarios en los que el restaurante esté más concurrido. Si no puede evitar comer más tarde de lo normal, meriende una fruta o una porción de almidón a la hora de su comida habitual.
Ahorre espacio para el postre
Recuerde que el postre no está necesariamente fuera de los límites. Los dulces cuentan como carbohidratos en su plan de comidas (si es posible evitar el dulce, mucho mejor y sobre todo si es de elaboración industria. Si lo come mejor de elaboración casera). Si desea un postre, compense reduciendo la cantidad de otros carbohidratos, como pan, tortillas, arroz, leche o patatas, en su comida.
Recuerda las reglas básicas
Ya sea comiendo en casa o fuera, recuerde los principios de la nutrición en la diabetes. Coma una variedad de alimentos saludables. Limite la cantidad de grasa y sal en su dieta. Mantenga el tamaño de las raciones bajo control. Y, sobre todo, siga las pautas de nutrición establecidas por su médico o dietista.